¿Cómo sacarles el máximo partido? Fácil siguiendo estos pasos…
- La justa preparación.
En caso de labios muy secos, o que tiendan a agrietarse, es importante preparar antes la boca hidratándola a conciencia. Es tan sencillo como aplicar un bálsamo, masajearlo ligeramente y dejarlo actuar al menos cinco minutos. Luego, se retira el excedente y ¡listo!
- El tiempo justo para arrepentirse.
Las tintas no contienen agentes grasos, por lo que una vez se secan, se quedan fijas. Por eso, si el trazo sale mal al maquillarse, se debe corregir de inmediato. ¡Luego es muy difícil!
- Solas… ¿o acompañadas?
Una de las grandes ventajas de las tintas de labios es su carácter dual. Se pueden usar solas, para conseguir un efecto de color mate, o bien como base. Y es que al durar mucho, mucho tiempo, se pueden aplicar primero sobre los labios desnudos y, una vez se sequen, extender sobre ellas nuestro labial favorito. Así, a medida que el color se vaya, quedará abajo el color de la tinta.
- Mejor, poco a poco
Las tintas pueden ser engañosas: dado que contienen muchos agentes volátiles, nada más aplicarlas el color parece más suave. Pero luego puede resultar ¡súper intenso! Por eso se debe extender primero una capa fina, dejar pasar al menos tres minutos, y repetir la aplicación si se desea mayor intensidad.
- El aliado perfecto para las bocas ombré
Este estilo de maquillaje de la boca, directamente salido de la K Beauty, consiste en graduar la intensidad de color en los labios, con un corazón más intenso y los contornos mucho más claros, hasta casi fundirse con el labio. Para ese efecto es imprescindible contar con un producto no sólo mate, sino también fijo, como sucede con las tintas.